Samper le responde a Duque: está respirando por la propia herida que causó

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El expresidente Ernesto Samper sostuvo que no le reconoce autoridad moral a Iván Duque para hacer planteamientos en contra de lo que ha hecho Gustavo Petro, quien a su juicio, busca reconstruir el tejido de integración latinoamericano.

El expresidente Iván Duque encendió la polémica en la política latinoamericana la semana pasada. Y es que durante un foro del grupo ‘Libertad y Democracia’ calificó a los gobiernos progresistas de la región como ‘pobresistas’, asegurando que buscan empobrecer a la población para perpetuar la lucha de clases, dividir y perpetuarse en el poder. Lo cierto es que su comentario no dejó indiferentes a aquellos que pertenecen a corrientes ideológicas distantes a la suya.

Uno de ellos es el también expresidente Ernesto Samper, quien habló con Forbes Colombia en la previa de un nuevo foro del ‘Grupo de Puebla’, que podría considerarse la antítesis de la agrupación de la que Duque forma parte y quien estaría “respirando por la propia herida que el causó”, según el exmandatario.

“Entiendo perfectamente que para gobernantes que mostraron durante sus gobiernos unos resultados nefastos en materia de superación de pobreza y decrecimiento económico, pues el ascenso de gobiernos progresistas a la región, tratando de recuperar el espacio que se perdió durante el invierno conservador de 2016 al 2021, pues les produzca inquietud y preocupación“, afirmó.

Samper, que se encuentra en México a la espera del inicio del foro del ‘Grupo de Puebla’ que tendrá lugar este viernes, manifestó que seria simplista analizar la situación política de la región teniendo en cuenta solamente la coyuntura actual, y es que desde unos años para acá, los conservadores se han radicalizado hasta el punto de crear “espacios neofascistas”.

Basta con analizar los gobiernos de Jair Bolsonaro en Brasil, Mauricio Macri en Argentina, Nayib Bukele en El Salvador, Donald Tump en Estados Unidos, Andrzej Duda en Polonia y Narendra Modi en India, así como lo que hubiera sido Marine Le Pen en Francia, para entender que los partidos conservadores se han acercado peligrosamente a una extrema derecha de la que dan cuenta partidos como Vox en España o los republicanos en Chile.

“Se trata de movimientos neofascistas donde, bajo un disfraz de libertad, escinden una renovada defensa del modelo neoliberal que causó estragos en Latinoamérica a finales de los 90 y principios de los 2000 (…) Entiendo la preocupación de ellos porque sientan que su propia casa se esta incendiando con estos radicales”, agregó.

Samper tampoco se quedó callado frente a la alusión tácita de Duque a la política internacional del presidente Gustavo Petro. En el foro ‘Libertad y Democracia’, el exmandatario reprochó que “van una semana a Chile, a llorar a Allende y atacar la dictadura de Pinochet, pero a los pocos días son capaces de ir a Cuba y enaltecer la dictadura de los Castro”. Para Samper, “si en algún momento Colombia ha retrocedido en relaciones internacionales fue con Duque”.

“Estuvimos a punto de entrar en guerra con Venezuela y Cuba fue víctima de un verdadero asedio de parte de Duque, que llevó a que injustamente Estados Unidos la incluyera en lista de países terroristas por estarle ayudando a Colombia a las negociaciones de paz con el ELN”, sostuvo Samper, que también reprochó el fin de mecanismos de integración y procesos que iban avanzados como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que fueron descartados para “crear clubes ideológicos de gobiernos de derecha que fueron tan efímeros como su creación”.

Para el exmandatario, Duque tiene la responsabilidad con sus “amigotes” del club ideológico del Foro para el Progreso de América del Sur (Prosur) de tener desintegrada la región durante la pandemia de Covid-19, cuando más se necesitaba la unión latinoamericana. “No le reconozco autoridad moral a Duque para hacer planteamientos en contra de lo que ha hecho Petro, que es reconstruir el tejido de integración latinoamericano”, añadió.

Duque también criticó la política económica que han llevado a cabo las naciones progresistas en esta administración, asegurando que está produciendo las destrucción de América Latina. A manera de ejemplo, destacó casos como los de Bolivia, Venezuela, Cuba y Nicaragua para ilustrar su afirmación.

“Bolivia hoy tiene su economía fracturada porque se bebieron las utilidades del gas y hoy está prácticamente a las puertas de no poder pagar sus deudas (…) “Hemos visto el modelo fracasado de Venezuela, que ha generado la mayor crisis migratoria de América Latina, hemos visto el fracaso del modelo cubano, donde hay un pueblo que con la represión ha sido acallado, y hemos visto también el fracaso de quienes han querido construir ‘dictocracias’, como ha sido el caso de Nicaragua”, sostuvo.

Para Samper, es necesario analizar el tiempo de la llamada “década ganada”, que tuvo lugar entre 2004 y 2014, donde la región sacó a 100 millones de personas de la pobreza, donde predominaban los gobiernos progresistas, con la mayoría enmarcados en estrategias de inclusión social que resultaron exitosas. “Modelos económicos como Bolivia y Ecuador demostraron que sí era posible aumentar niveles de crecimiento con mejores cifras de redistribución social”, dijo.

Al comparar este escenario con el invierno conservador, donde volvió el apogeo del modelo neoliberal en los países gobernados conservadoramente, se acabó la integración y las cifras de aumento de pobreza y disminución de crecimiento económico superaron a las de los años anteriores, lo que prueba el fracaso de modelos ideológicos de derecha “porque son propuestas ideológicas que pretenden revivir lo que fue el experimento desastroso de modelo neoliberal en los 90 para Latinoamérica”.

No es el modelo de mercado lo que se requiere, sino mayor presencia estatal y de servicios públicos como salud y mayor inversión en sectores donde está la pobreza relativa y pobreza absoluta. Los mismos hechos de los gobernantes conservadores han demostrado que no es el camino del neofascismo sino el de progresismo”, aseveró Samper.

Un punto adicional de preocupación para Samper es el posible regreso de dichos modelos a los gobiernos latinoamericanos, teniendo en cuenta el impacto que ha tenido el discurso del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y la eventual llegada de Javier Milei a la Casa Rosada de Buenos Aires. Sin duda, la región corre ese riesgo, pero el mayor peligro de estas ofertas “libertarias” es que van enfocadas a restringir los derechos individuales y las garantías sociales en aras de una supuesta seguridad física, que sin que haga mayores progresos en igualdad y solidaridad, se vuelven “segurismo”.

“Solo hay un paso de eso al neofascismo. Estamos a punto de volver al camino de lo que había hace 30 años, y es que la única manera de asegurar el orden era con presencia militar. Es un camino peligroso y el mas corto para volver a formas dictatoriales como en los años 60“, concluyó.

Fuente: Forbes Colombia.

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