Los exmandatarios colombianos y dominicano hablaron del encuentro VIII del Grupo de Puebla y el mensaje de integración para la región que se manejó en los dos días del foro.
Samper: Creo que los temas más importantes que hemos tocado son una evaluación de la situación política de cada país. Este es un plenario que siempre hacemos y cada país hace un balance de su situación política. Me pareció que es preocupante porque estamos compartiendo problemas. Se habla mucho del hambre en la región, de la polarización ideológica, desinstitucionalización, pero también hay cosas positivas. Hay un consenso en que la región necesita mecanismos de integración efectiva de forma rápida. Estamos muy desintegrados. Es una región de paz frente a un mundo que está distanciado. Es un poco el balance.
Fernández: Es el momento oportuno para celebrar este encuentro. Con el triunfo del presidente Lula y del presidente Petro, es la consolidación de una nueva ola de partidos progresistas. Ambos consolidaron esta nueva tendencia. Por consiguiente, es el momento más apropiado para comenzar a reflexionar y discutir la integración regional. Si China quisiera dialogar con la América Latina, no encontraría un interlocutor suficiente: Unasur no existe, Celac se desmanteló y así. Hay que volver a construir esa institucionalidad que nos dé visibilidad y presencia como región. Cuando estuvo gobernando el progresismo, hubo unidad en América Latina. Pero llegó la derecha, y por razones meramente ideológicas, desmantelaron estas instancias. Eso fue un error, porque no hay una voz unificada ante tantos problemas en América Latina. Los problemas son de naturaleza global y se necesita una respuesta global, pero no existe. Tenemos entonces que construir una respuesta regional. Porque de nada sirve que cada país esté dando una respuesta individual a un problema mundial. Hay una necesidad urgente de unidad regional.
Hablan de una situación de hambre en el continente. ¿Cómo hacer para que esta situación no termine favoreciendo el regreso del péndulo político hacia la derecha en el continente?
Samper: Yo creo que el péndulo funcionó, parcialmente, en realinear a la gente en función de los odios en vez de cosas en común. Pero también soy consciente que, si la pandemia hubiese afectado a gobiernos de izquierda, no hubiese sido tan fácil que el péndulo pasara de la izquierda a la derecha. Creo que las fórmulas del progresismo hubiese servido para paliar la situación que se estaba viviendo. Había respuestas para el aumento de la pobreza extrema, del grito social -que comenzó incluso antes de la pandemia-. Todo eso nos hizo ver que era necesario un Estado que diera facilidades para sortear la pobreza. Yo creo que el progresismo tiene más respuestas sociales frente a la realidad en la religión.
Fernández: La teoría del péndulo se ve en que el progresismo llegó en un contexto de recesión de 2002 que sacó a la derecha del poder. Y en ese tiempo el continente tuvo un ciclo virtuoso de crecimiento impresionante. A partir del 2014, caímos a 0,13, fue por eso que la derecha volvió. Pero desde el 2018 se reactivó el ciclo de gobiernos progresistas. Uno de los mayores desafíos es mantener el ciclo virtuoso del progresismo y es mucho más difícil ante la situación mundial. Por lo que debemos acelerar el proceso de integración.
Hablan de una integración regional, que incluye pasaporte y moneda única, ¿la propuesta apunta a una especie de Unión Europea pero en Latinoamérica?
Fernández: El modelo de integración europeo, que ha servido de modelo, también ha sufrido situaciones como el Brexit. El futuro de la región es la unidad, pero hablar de una sola moneda termina siendo problemático con temas como las criptomonedas. El tema es mucho más complejo que en el momento de la consolidación del euro. Entiendo el sentido de la propuesta, pero en la práctica habría mucha presión como los temas de los bancos centrales. Se perdería la soberanía monetaria.
Samper: Europa se demoró muchos años en llegar al euro. Debe haber una coordinación de políticas macroeconómicas. No es decir mañana nace esa moneda única y ya. Tenemos que coordinar políticas, acuerdos de compensación entre los bancos, sistemas de pagos compartidos, tiene una gran complejidad. Pero es una meta deseable válida. Allá tenemos que llegar. Pero es que hay que comenzar y eso incluye volvernos a reunir. En este momento ni siquiera nos reunimos como nación.
¿Cómo hacer para que la unidad latinoamericana no sea condicionada por la ideología?
Samper: tenemos unas afinidades políticas, pero no ideológicas. Lo importante no es que haya grupos que piensen distinto, sino que cuando lleguen no convierten su ideología en divisa de las relaciones internacionales. Es muy importante distinguir. Una cosa es que los gobiernos sean progresistas y otra decir que solo podemos tener relaciones con los progresistas. No debe haber vetos ideológicos. Eso fue lo que acabó el Grupo de Lima. Se volvieron un grupo ideológico contra Venezuela y ya.
¿Cuál es el balance de los primeros 100 días de Petro?
Samper: Me parece que es muy favorable, puso sobre la mesa su agenda y lo hizo en menos de 100 días: ya restableció relaciones con Venezuela, reactivó conversaciones con el Eln, sacó una ley para avanzar en el sometimiento de otras organizaciones, sacó una reforma tributaria bastante progresiva, hizo una reformulación de la política internacional de las drogas, hizo la defensa de la Amazonía en la COP27. Es muy favorable. Esperamos que ahora las políticas se implementen.
Fernández: los 100 días son la luna de miel. En tiempos de crisis, incluso esa luna de miel es más corta, pero hay que prolongarlo para que se puedan asentar. Ha sido un arranque afortunado del gobierno. Es un gobierno que llega con un agenda y la está aplicando.
Fuente: El Espectador