El ex presidente de Uruguay participó del V Encuentro del Grupo de Puebla y durante su exposición, aludió al conflicto de Paz que vive Colombia, recalcando que “es un fracaso de la humanidad entera”.
El ex presidente de Uruguay y miembro del Grupo de Puebla, José Mujica, participó este viernes del V Encuentro de la agrupación de líderes progresistas de Iberoamérica de 14 países, y durante su intervención, habló sobre la crisis en el proceso de Paz que vive Colombia, país que en esta oportunidad fue el anfitrión de la actividad.
“No es eventualmente un fracaso de Colombia, es un fracaso de la humanidad entera”, dijo categórico el ex mandatario, enfatizando que “desgraciadamente conflictos van a existir”.
“Y cómo no existir en un mundo que está gastando 3 millones de dólares por minuto en presupuestos militares, eso es una expresión de cierta parte de la política, mucho más de lo que se gasta en investigaciones médicas. Entonces, este fracaso en Colombia, es un fracaso que nos envuelve a todos”, agregó.
“Colombia paga un precio demasiado alto, probablemente 20 millones de trabajadores sin seguridad social, aparte de todo lo demás, porque en última instancia, el costo siempre lo van pagar los más débiles. En este mundo, esto no admite discusión, ya no es solo cuestión de empatía o de solidaridad, son tan estrechas las relaciones en este mundo y la interdependencia, que hay una verdadera lucha. Los poderosos tienen que darse cuenta que no tiene mucha durabilidad ninguna forma de poder cuando se sigue solventando semejante desigualdad y semejante penuria”, profundizó en su discurso.
En la misma línea, aseveró que “en realidad esta pandemia ha venido a poner arriba del tapete la debilidad de esta humanidad y mi pregunta es la siguiente: ¿el sapiens ha llegado a los límites posibles de su gobernanza? Si es así, qué nos espera, porque todos nos damos cuenta que, en el ámbito internacional, existe una tremenda debilidad para enfrentar esto problemas. Que a los organismos válidos que hemos podido crear en esta humanidad, no le damos poder de iniciativa, y que este mundo necesita -más que nunca- un conjunto de decisiones que cubran todo el planeta. Pero no tenemos fortaleza política para encararlo y si no lo superamos, ¿qué porvenir le queda a nuestra humanidad?”
“Queda bien claro que hay que gastar mucho más en salud y que los Estados tienen que gastar mucho más en previsiones de salud, porque el mercado no puede gastar en cosas por las dudas, en cosas que no le dejen ganancia”, insistió Mujica, destacando que “un buen aparato para defender la vida tiene que estar como el cuerpo de bomberos, a veces sin trabajar mucho tiempo, pero no sabemos cuándo salta un incendio”.
“Si el Estado no se hace cargo de esto, tenemos que darnos cuenta que nadie se va a hacer cargo y no tendremos respuesta, lo que nos lleva de la mano a otro problema”, continuó, cuestionando –con ello- cuál es la fiscalidad del Estado.
“Estamos en el continente donde los ricos pagan proporcionalmente menos y esto es una realidad impuesta con Estados pobres, no creo que la concepción del Estado mínimo se pueda sostener históricamente porque las sociedades modernas cada vez son más complejas”, dijo.
Y planteó: ¿No tendrá que ser el Estado un inversor, sustituyendo parte de lo que hace el sistema financiero para recibir renta? ¿No tendrá el Estado que asociarse? Hay que hacerse esas preguntas porque una de las penurias de los Estados latinoamericanos es la falta de recursos. ¿No habrá que emprender una lucha para una formación de un trabajador público que sea muy distinto? Si tiene que haber un Estado, tiene que tener los a los mejores trabajadores de un país, no los de relleno, por lo tanto, hay que formarlos, hay que luchar por formarlos y llevarlos a la categoría de servidor público”.
Reiteró también que “la tragedia en Colombia, con todo lo que significa, es un ejemplo del fracaso de la política, si no hemos podido influir en quienes dirigen a Colombia para cerrar una página histórica de un conflicto interminable, y si Colombia -por segunda vez en su historia- no cumple con lo acordado, las consecuencias son hacia el futuro, imprevisibles”.
“Nadie puede asegurar que, en el futuro de nuestra América, no surjan conflictos, incluso, armados. Si cerramos la puerta a que la política pueda suturar definitivamente las heridas de la guerra, estamos poniendo una mecha interminable para el sostenimiento de las formas de guerra que -ni siquiera- probablemente hoy podemos pensar”, dijo.
Y concluyó que “cuando la política fracasa, fracasa la paz, y al fracasar la paz, es la mayor negativa que pueda existir contra la vida. Por todo esto, amigos, no soy optimista del tiempo presente que viene en lo inmediato, van a haber muchas convulsiones, muchos chalecos amarillos en el mundo y –seguramente- porque nadie va a querer cargar con el costo de la pobreza emergente y van intentar descargarla, como siempre, en los más débiles”.