Ad portas del inicio de la segunda versión del encuentro internacional de líderes progresistas en Buenos Aires, la ex presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, el ex ministro de Educación brasiñero Aloizio Mercadante, y el ex candidato presidencial chileno, Marco Enríquez-Ominami, se refirieron a la orden judicial que alzó la prisión del ex Mandatario.
Tras conocerse la liberación del ex presidente Lula da Silva tras un año y 7 meses en prisión, la ex Presidenta de Brasil Dilma Rousseff, aseguró que el ex mandatario está “feliz”, enfatizando que “nosotros tenemos certeza que se comienza a interrumpir el lawfare de Lula, pero este proceso solo cesará cuando se declare su inocencia, porque Lula es inocente”.
“Fue condenado sin culpas. No nos basta su libertad, queremos su inocencia”, insistió Rousseff, quien se encuentra en Buenos Aires para participar de la segunda edición del Grupo de Puebla –que reúne a líderes progresistas de 12 naciones y del cual es miembro junto a da Silva.
En la misma línea, la ex Mandataria detalló que el fallo del Tribunal Supremo “sirvió para que él pueda construir la certeza de que, en Brasil, sectores de la justicia, del Ministerio Público y de la policía, fueron elementos que funcionaron para que se pueda imponer el neoliberalismo”.
“Tuvieron que llevarlo a la cárcel para poder imputarlo”, aseveró, aludiendo a los argumentos de la resolución del Supremo Tribunal Federal (STF) respecto de quienes aún no reciben una condena definitiva, no pueden esperar en prisión, estableciendo –con ello- que la privación de libertad de una persona condenada antes de que se agoten todos los recursos, es inconstitucional.
“Esto fue una situación muy grave porque nuestro pueblo se endureció (…) Lula está muy feliz porque conquista su libertad sin ninguna negociación como querían ellos, y al mismo tiempo es muy consciente de su desafío como el gran representante de la esperanza en Brasil. Lula es la gran esperanza”, puntualizó la ex mandataria.
“Para Jair Bolsonaro, la liberación de Lula es una gran derrota política”
Por su parte, el ex ministro de Educación de Brasil y uno de los fundadores del Partido de los Trabajadores (PT), Aloizio Mercadante, dijo que “para Jair Bolsonaro, la liberación de Lula es una gran derrota política, fue presidente por eso, y para nosotros, es una victoria”.
El economista añadió que “Lula está siendo reivindicado, el ex juez Sergio Moro no fue imparcial, tuvo un criterio y una actitud incompatible en el proceso penal”, aseverando que “tenemos la convicción que ese juzgamiento será anulado y se demostrará su inocencia. Esta es la decisión más importante para Lula y para la justicia brasileña”.
Mercadante también recordó la fotografía inicial de la primera versión del Grupo de Puebla en julio pasado, en la que sus miembros aludían a la frase Lula Libre. “Todos los que estaban allá en esa oportunidad, le tienen un cariño muy grande, mucho respeto y una gran consideración por ser el Presidente de la historia de América Latina y de la democracia de la integración regional, por eso había un profundo compromiso”, concluyó.
“Partir un segundo encuentro con esta noticia es esperanzador”
Por último, el ex candidato presidencial chileno, Marco Enríquez-Ominami, afirmó que “el Grupo de Puebla es un grupo que respeta la institucionalidad, respeta la democracia, se propone integrar, pero partir un segundo encuentro con esta noticia es esperanzador, es la historia de Brasil la que gira”.
“Lula no es solamente un ex Presidente que está preso, es el portador de la esperanza para muchos brasileños, pero también somos muchos que no somos brasileños y que queremos ver a ese país -de nuevo- en el orden jurídico y en la democracia”, reiteró Enríquez Ominami, mencionando que con el dictamen judicial de Brasil “comienza a corregirse un vicio, pero comienza, falta mucho, pero es el primer paso.
“Esto demuestra también que la ética y la convicción, vale más que ciertos pragmatismos. Lula fue capaz de esperar y forzar a que la justicia atendiera argumentos jurídicos, por ello, siento que comienza lo que me parece clave en América Latina: los problemas de la democracia se resuelven con más democracia, y no se resuelven con fiscales, ni con la justicia”, recalcó.
Y concluyó: “A Lula le aplicaron una receta que están aplicando en Ecuador, no quiero referirme a Argentina porque no es el momento, pero están aplicando en América Latina una receta que es inaceptable, no dejan que el pueblo decida y, por tanto, ahora el Grupo de Puebla va a tener una inspiración adicional y va a ser parte de nuestra conversación en esta segunda versión”.