Se cumplen dos años del Grupo de Puebla -organización de América Latina, el Caribe y España que cuenta con 52 líderes de 16 países- desde se fundación en Puebla, México, impulsando el progresismo y el regionalismo plural, para combatir la desigualdad, el Lawfare y respetar la soberanía y la autodeterminación de los pueblos.
En la jornada, que fue transmitida a través de Facebook Live del Grupo de Puebla, el fundador del Grupo y expresidente de Colombia, Ernesto Samper, realizó el balance de las iniciativas de la organización durante estos dos años, mientras que el exministro de Brasil y fundador de la organización, Aloizio Mercadante, realizó la síntesis de las intervenciones de la jornada. El también fundador del Grupo de Puebla, el Coordinador Ejecutivo del Grupo, el chileno Marco Enríquez-Ominami, fue el encargado de moderar las conversación.
A la sesión, asistió el presidente de Argentina, Alberto Fernández; el presidente de Bolivia, Luis Arce; y distintos exmandatarios, ex cancilleres, académicos, y líderes de América Latina, el Caribe y España, para mantener vigente el debate amplio y democrático de iniciativas progresistas, cuya vigencia no depende de gobiernos de turnos ni del vaivén de cambios ideológicos.
Ahí, el presidente de Bolivia, Luis Arce, dijo que “por todo lo que vemos y la información que recorre nuestra América Latina queda claro que tenemos que mostrar más unidad, que tenemos que trabajar más mancomunada, colectiva y coordinadamente. El pueblo de cada uno de nuestros países tiene todo el derecho de conocer lo que está pasando en nuestra latinoamérica, por eso llamamos a un trabajo unificado y el Grupo de Puebla se transforma en un elemento fundamental para esa coordinación”.
Luego, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, además de destacar la importancia del Grupo de Puebla para la integración de la región, dijo que “si nosotros lográramos la unidad, todo sería más fácil. Tengo la certeza que la deuda va a ser un problema en todo el mundo, y también en América latina, y deberíamos estar reunidos para negociar mejor con nuestros acreedores, para tener más fortaleza, para obtener mejores condiciones. En la división todos perdemos, hay sociedades en América Latina que padecen bloqueos económicos en plena pandemia, y el bloqueo es intolerable, porque no se bloquea un gobierno, se bloquea una sociedad, no se condena a un gobierno, se condena a una comunidad que vive en ese territorio”.
El Grupo de Puebla se constituye para renovar la agenda regional e incluir temas como la inclusión social, el modelo económico de desarrollo, el conocimiento, el cambio climático, la paz y los derechos humanos, en un momento donde las relaciones multilaterales y de integración, que caracterizaban a los pueblos de América Latina, se veían fuertemente deterioradas por los gobiernos populistas de derecha, quienes abandonaron caminos de integración como la UNASUR, el MERCOSUR o la CELAC.
A su vez, el Grupo de Puebla ha alzado – y seguirá haciéndolo- su voz contra las injusticias y arbitrariedades contra los pueblos de Cuba y Venezuela, como también ha acompañado los procesos sociales en Chile, Ecuador, Colombia y Brasil, denunciando el Lawfare, a través del Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia, dimensión jurídica del grupo, el Golpe de Estado en Bolivia, y las oscuras acciones de la Organización de Estados Americanos contra las democracias de la región.
También, acorde al complejo momento que vive la comunidad internacional por la pandemia, y particularmente los fuertes efectos que ha tenido en América Latina, el continente más desigual del mundo, el Grupo de Puebla propuso un Manifiesto Progresista, un documento que consta de 33 medidas e iniciativas nacionales y multilaterales para enfrentar, de forma conjunta, el renacimiento de los pueblos de la región en un sistema solidario de desarrollo.
Finalmente, el Grupo de Puebla valora y celebra los nuevos vientos progresistas que se confirman con los nuevos gobiernos de Argentina, Bolivia, México y Perú, como también con la entrada en funciones de la Convención Constitucional paritaria de Chile, que no serán reivindicados por el Grupo como victorias ideológicas, sino como propuestas de renovación política que desarrollan y promueven los cinco principios que nos unen como progresistas: la libertad, la justicia, la democracia y la soberanía.