Alberto Fernández ha ganado la presidencia en Argentina. Con su triunfo vuelve la esperanza de la pronta recomposición del bienestar de su pueblo y de su sistema económico y productivo. Pero también representa la continuación de un proyecto político e histórico progresista, que sabemos, será capaz de sentar las bases para el reencuentro político de los argentinos y argentinas.
Los desafíos de Alberto Fernández son tan grandes como la crisis que atraviesa su país, abandonado durante los cuatro años anteriores a su propia suerte frente al neoliberalismo financiero, que lo llevó a la paralización casi completa de su economía, al borde de la hiperinflación, a niveles de pobreza que bordean el 40%, y al condicionamiento de su soberanía con un endeudamiento irresponsable.
Por eso, el mundo progresista latinoamericano celebra el triunfo de Alberto y Cristina, y confía en que su gobierno no solo sabrá encender de nuevo los motores de su economía y reconstruir el tejido social y político desmembrado luego de años de padecimiento, sino que además será un faro para conseguir la ansiada integración de nuestros pueblos. Con Alberto amanece el progresismo, de nuevo, en Argentina y en la región.
Firmado, 29 de octubre de 2019
Grupo de Puebla