l Grupo de Puebla, donde participan más de 30 dirigentes del progresismo latinoamericano y uno de sus líderes es el presidente Alberto Fernández, resolvió pasar de lo discursivo a la acción. La primera propuesta formal será el pedido de una moratoria de un año para el pago de deuda y se presentará ante el G-20, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial.
Con la presencia del ganador del premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, mentor del ministro de Economía, Martín Guzmán, y colaborador en “la causa Argentina” en la negociación con los acreedores externos, el Grupo de Puebla mantuvo un encuentro hoy por videoconferencia.
Ahí, frente a Alberto Fernández, José “Pepe” Mujica (Uruguay), Lula Da Silva (Brasil), Ernesto Samper (Colombia), Marco Enríquez Ominami (Chile), Evo Morales (Bolivia), José Luis Rodríguez Zapatero (España) y Fernando Lugo (Paraguay), entre otros, Stiglitz abordó la problemática económica en medio de la pandemia y justificó la utilización de medidas como la búsqueda del refinanciamiento de las deudas externas y la emisión de dinero por parte de los Bancos Centrales para financiar a los gobiernos.
El Presidente, encargado de abrir el encuentro, tuvo en especial palabras de agradecimiento para el maestro de su ministro de Economía. “Gracias profesor Stiglitz por acompañarnos, por escucharnos y por toda su ayuda, que usted sabe que sé que es mucho y la agradezco de corazón”, le manifestó el jefe del Estado en el final de su presentación.
Stiglitz, quien asiste a Guzmán para lograr un acuerdo, destacó hace dos días que la deuda argentina es “impagable”, sostuvo que la oferta de su pupilo es “responsable”, reclamó a los acreedores privados “actuar de buena fe” e indicó que la Argentina puede convertirse en un símbolo de que el país es una oportunidad para la comunicada financiera internacional de mostrar que se puede solucionar un problema de deuda soberana “de manera ordenada, eficiente y sostenible” en medio de la crisis de la pandemia de coronavirus.
Pero el ejemplo de la situación límite en la que se encuentra la Argentina no fue un tema aislado. El Grupo de Puebla viene trabajando sobre el tema de la deuda desde hace semanas. Así fue cómo surgió la propuesta que le acercarán al FMI, G-20 y el Banco Mundial. En las estimaciones que realizaron la moratoria por un año significaría aproximadamente el 20 por ciento del presupuesto nacional de cada país.
Fernández utilizó su tiempo para remarcar la necesidad de mantener la unidad frente a los “sectores que más daño le han hecho a los pueblos”. En ese punto, se refirió a una frase que utilizó Lula en una entrevista hace unos días. El expresidente brasileño dijo que “si Alberto y Cristina [Kirchner] alguna vez se pelean tienen que irse a su casa, tomarse 10 minutos, tranquilizarse, y volver a trabajar juntos. ¡Es perfecta esa enseñanza!”, recordó el Presidente.
Y agregó: “Nosotros no nos podemos darnos el lujo de tener diferencias porque nuestras diferencias las aprovechan los sectores que más daño les hacen a nuestros pueblos. No podemos por nuestros narcisismos, egoísmos, tomar distancia entre nosotros y dejar que otros gobiernen en desmedro de la gente. Ese es nuestro desafío”.
Según dijo, “la derecha conservadora” está aún con posibilidades de retomar el poder en gran parte de la región. “La unidad es el secreto para ganar la elección. El gran secreto para que América Latina pueda asumir este desafío es también que las fuerzas progresistas se unan. Si las fuerzas progresistas no se unen, estamos ayudando mucho a que la derecha conservadora sobreviva y siga manejando las cosas como lo ha hecho hasta ahora”.
Como sucedió hace dos semanas en la anterior reunión del Grupo de Puebla, el Presidente sostuvo que el coronavirus “dejó al descubierto la desigualdad, que el capitalismo financiero concentró en muy pocos, grandes recursos, y que concentró en muchos, grandes dolores y pobreza”.
Fuente: La Nación