El Grupo de Puebla, el foro político y académico de la izquierda y la centroizquierda de Latinoamérica, cerró su VIII encuentro en la ciudad colombiana de Santa Marta con un llamado a la creación de una moneda única regional.
El documento final alude a la “nueva realidad regional” caracterizada por el triunfo de gobiernos progresistas y sostuvo que dicha moneda le garantizaría autonomía financiera a la región.
Es el momento de “relanzar una arquitectura financiera, adaptada a sus necesidades y sin imposiciones que amenacen la soberanía de los pueblos y centren la mirada en la creación de una moneda única latinoamericana”, dijo la declaración.
Por otro lado, el comunicado lamenta que en la región siga habiendo procesos penales de contenido político en los que “evocan la lucha contra la corrupción como justificación, disfrazada de legalidad, para suprimir del juego político los liderazgos progresistas”.
Asegura que eso es lo que ocurrió contra Cristina Fernández de Kirchner, Rafael Correa, Carlos Caicedo, Luiz Inácio Lula da Silva, Evo Morales y Marco Enríquez-Ominami, entre otros.
“Así se producen cotidianamente suspensiones de derechos y usos estratégicos de mecanismos legales para perseguir proyectos políticos populares”, criticó.
Creado en 2019, de las deliberaciones del grupo participaron este año un centenar de dirigentes de la región entre los que se destacaban los ex presidente Bolivia, Evo Morales; de Colombia, Ernesto Samper; y de Brasil, Dilma Rousseff; así como el exjefe del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
“Hoy, cuando en buena parte de los Estados de América Latina y el Caribe, el progresismo es gobierno, se abre una oportunidad inmejorable para continuar con la tarea iniciada a comienzos de siglo y que fue trascendente en materia de políticas sociales para reducir las brechas”, destaca el comunicado final.
Asimismo, señala que esto ha permitido abrir espacios de concertación política a escala regional “en una zona habituada a los esquemas de libre comercio, pero no al diálogo político”.
Por otro lado, señala que la región “necesita incorporar y enfatizar nuevos temas en la agenda regional” y cita “las políticas públicas de medio ambiente, la equidad de género, la libre movilidad de las personas, la transición ecológica, la defensa de la selva amazónica, de la Sierra Nevada y de los derechos los pueblos indígenas”.
También incluye en esta nueva agenda regional el desarrollo de energías alternativas y la necesidad de incluir nuevos actores sociales y económicos en los procesos regionales de integración”.
En su comunicado el grupo destaca que la región viene de atravesar un panorama adverso, “la época del llamado invierno conservador (2016-2021)”.
Pero en el último año, agrega,” buena parte del electorado ha optado por opciones progresistas, alentados por los movimientos sociales, el activismo juvenil y el despertar feminista, entre otras razones”.
Además, constata que el narcotráfico se ha convertido en un problema transnacional y global y llama a los países consumidores a asumir su responsabilidad.
En ese sentido propone encontrar una solución basada en la “desregulación de la prohibición de las drogas, y de dar un tratamiento social y sanitario, y no exclusivamente penal, a la adicción y al consumo”.
Finalmente, el Grupo se define “feminista” y hace propias las reivindicaciones de las mujeres y disidencias. Expresa su voluntad de contribuir a la lucha por la erradicación de todas las formas de discriminación y violencia de género.
“No hay progresismo, ni democracias sanas sin la participación activa de las mujeres y la comunidad LGBTIQ+ en los espacios de poder político y de toma de decisiones”, afirma el Grupo de Puebla.
Por último, expresa su “genuina esperanza” de que la “paz total” que acabe con la guerra llegue a Colombia para que el país pueda alcanzar un “desarrollo pleno y de justicia social”.
Fuente: El Observador