“La vacuna es necesaria pero absolutamente insuficiente”: exitoso VII taller del Grupo de Puebla abordó la problemática de las vacunas contra el Covid-19, la salud pública e integración

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En la séptima sesión de los talleres internos del Grupo de Puebla, la organización iberoamericana y del Caribe que reúne 50 líderes progresistas de 15 países, en conjunto con juristas del Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia (CLAJUD) y congresistas del Grupo Parlamentario Progresista Iberoamericano, debatieron sobre los temas relacionados con las vacunas contra el Covid-19, la salud pública, y la integración.

Asumir la salud como bien público global, es uno de los desafíos que se manifestaron en el V encuentro del Grupo, y que es parte prioritaria del Manifiesto Progresista, un documento que reúne las nuevas posturas progresistas de cara al compleja coyuntura que vivimos como comunidad internacional.

En la jornada, que fue inaugurada por el fundador del grupo y excandidato a la presidencia de Chile, Marco Enríquez-Ominami y moderada por la ex ministra de Perú, Aída García-Naranjo, expusieron un total de siete expertos de siete países de la región. “La llegada del Covid-19 a América Latina fue muy impactante porque nos cogió de sorpresa, no estábamos preparados para una crisis biológica global, no estábamos preparados para que un enemigo tan peligroso, tan agresivo, simple e invisible, nos pudiera hacer el daño que nos ha hecho en pocos meses. Ante esto, debemos reaccionar en el mediano plazo, recuperando el papel del Estado en la salud pública e invirtiendo más en ciencia y tecnología”, introdujo las ponencias el expresidente de Colombia y fundador del grupo, Ernesto Samper.

El primer experto en exponer, fue el exdirector de medicamentos de la Organización Mundial de la Salud, Germán Velázquez, quien explicó que “en los últimos 150 años, el descubrimiento de la vacuna se demoraba entre 7 y 15 años. Mientras que hoy, después de 10 meses ya comenzamos a vacunar. Históricamente la gran industria farmacéutica, nunca se había interesado en el comercio de vacunas, sin embargo, el covid-19, una cosa que cambió, fue que la industria se desesperó y entró a producir vacunas simplemente porque la movilización de recursos públicos nunca se había dado de esta forma”.

En esa misma línea, el ex ministro de Salud de Brasil, José Gomes Temporão, dijo que “las vacunas hoy son un gran negocio para la industria farmacéutica. En 2017 fue el quinto segmento en ventas. Los datos que tenemos del mercado farmacéutico revelaron que el segmento de vacunas ha tenido una tasa de crecimiento dos veces mayor. La competencia internacional por estos insumos farmacéuticos, además de concentrar su producción en muy pocos proveedores en el mercado global, contribuye más a incrementar la desigualdad del acceso, colocando a los países del hemisferio sur, al final de cola”.

“Si el coronavirus ha resaltado las inequidades, las vacunas más aún. Hoy las vacunas expresan la falla moral más importante de la humanidad desde hace por lo menos 30 años. Los países desarrollados, respecto al coronavirus, han mostrado una ineficiencia y una falta de gobierno asombrosa. Todos los sistemas de salud que hemos mirado, han colapsado, y también los que hemos criticado, como el modelo de salud de Estados Unidos, demostrando que EEUU no tiene sistema de salud”, dijo Mario Rovere, director de Gestión del Conocimiento de Argentina.

Más allá de la vacuna

Uno de los puntos de encuentro entre las exposiciones de los expertos, fue la importancia de la gestión del cambio climático y la crisis social como agravante de la pandemia. “Es muy importante la integración de los Estados para enfrentar temas de esta índole, y que en el futuro nos va a obligar a todos a optar por mecanismos de contención más allá de los países, de lo que significa hoy el cambio climático y la posibilidad, lastimosamente factible, de otros tipos de epidemias, producto del mismo”, alertó Nila Heredia, exministra de Salud en dos oportunidades del Gobierno de Evo Morales en Bolivia.

Por su parte, el médico venezolano, Óscar Feo, exconsultor de la Organización Panamericana de la Salud OPS/OMS, explicó que “la vacuna es necesaria pero absolutamente insuficiente. Desde la perspectiva de la salud colectiva, esta pandemia, el cambio climático, el incremento en la magnitud y gravedad de los desastres naturales, son una clara expresión del deterioro ambiental y la crisis civilizatoria que afecta a la humanidad y que amenaza la vida del planeta. Por lo tanto, la vacuna es necesaria para enfrentar esta enfermedad, pero insuficiente para enfrentar lo que está causando esta enfermedad”.

“Es necesario pensar en acciones de las cooperaciones sur-sur y acciones también que nos lleven a radicalizar los procesos de reforma. Hoy la presencia de la vacuna vendida como la gran esperanza desde las multinacionales farmacéuticas y los medios, nos ha mostrado aún más la profundización de las desigualdades. Cuatro países acaparan el 90% de las vacunas”, sentenció Fernando Cornejo, exviceministro de Gobernanza y Vigilancia de Salud Pública de Ecuador.

Por su parte, Luis Herrera, asesor del presidente de Biocubafarma, explicó la forma que tuvo Cuba para enfrentar el virus pese al histórico bloqueo económico. “En nuestro caso, en los años 80, después de todo un proceso de desarrollo de la fuerza, en términos de calificación, en la esfera de la biotecnología, motivó a que nuestro país, que es pequeño y pobre, invirtiera en esa operación 2 mil millones de dólares, algo que para la economía cubana, era una cifra gigantesca. Eso nos permitió crear condiciones, que siempre son reducidas, y nos ha permitido trabajar con una letalidad entre 0,61 y 0,62, que es una las más bajas que existen”. Cabe destacar, que Cuba ha desarrollado su propia vacuna “Soberana 2” que es la primera en Latinoamérica en entrar en la fase tres de ensayos clínicos, última etapa para su aprobación. La campaña de vacunación, en uno de los países más golpeados por la pobreza, comenzará el primer semestre de este 2021

Finalmente, la encargada de la relatoría final, la exsenadora de Uruguay, Mónica Xavier, dijo que “hay que pensar en un modelo de producción y un cuidado del ambiente completamente diferente, vemos muy poca preocupación en la reconversión de la forma productiva muy depredadora que tenemos con nuestro tierra. También, el tema de los recursos, como países pobres e inequitativos, requerimos de un sistema total que permita recursos para todo lo fundamental. Sin duda la postpandemia es muy tarde para preocuparnos. Tenemos que preocuparnos simultáneamente ahora”.

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